Las novedades ya no son el foco de compra. Los clientes no te van a comprar solo porque tu producto es de un color distinto al que ya tienen. Tu éxito va a estar en comprender sus necesidades. Estudia cuáles son sus miedos y desarrolla tu producto pensando cómo vas a sosegarlos.
Recibir más información del “para qué” que el “qué”
Las ventas responden más a la experiencia del cliente al comprar que al producto en sí. ¿Comprendió bien cuál es el beneficio que va a traer el producto a su vida? Si la dinámica de compra es online, todo debe quedarle igual de claro.
Ofrécele todas las facilidades posibles para comprar tu producto. Claro, que no se salga de tus manos.
Ser acompañados en sus decisiones
Los clientes comparten miedos y necesidades. Pero es un plus que te muestres atento a sus características particulares. Es excelente que les presentes tu producto cuando los recibas en el local de tu negocio. Pero que no se quede ahí.
Por ejemplo, si vendes jabones orgánicos, puedes explicarles que hay uno para cada tipo de piel. Escucha a tus clientes. Cuanto más personalizado sea el producto que les ofreces, aumentas la posibilidad de compra.
Construir relaciones para el futuro
Las personas buscan seguridad. Ellos te compran porque les has dicho que pueden confiar en ti. Es horrible cuando te fallan. Además del gasto que ya hiciste, tienes que buscar otra alternativa y arriesgarte de nuevo a confiar en algo que no conoces.
Asegura a tus clientes desde la primera compra. Hazles saber que han encontrado en ti a un proveedor confiable.
Las decisiones de compra están cada vez más relacionadas con la experiencia del cliente al acercarse a ti. Hazle saber que eres diferente, que le vas a dar un beneficio que no encontrará en otro lugar. Hazle sentir que tienes algo justo para él y que vas a ahorrarle el desgaste de buscar otras alternativas.
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